martes, 17 de mayo de 2011

Frases asquerosamente lapidarias

    No tengo más remedio que sonreírme con sonrojo al afrontar la enorme contrariedad que supone no poder soportar las frases lapidarias lanzadas por parte de nadie y abrir aquí una sección dedicada a ellas que, por cierto, se irán añadiendo a medida que se me vayan ocurriendo (o que se le ocurran a los demás y yo me apropie de ellas, claro está):

    1) El hombre que tiene razón no es el que mejor defiende sus ideas, sino aquél que, aun sin saber batirse por ellas, es poseedor de la verdad (esta frase me la dedico a mí mismo. ¿Por qué? Muy sencillo, nunca poseí la elocuente labia suficiente como para plasmar en palabras habladas las ideas que brillaban con claridad en mi mente; y así me ha ido). Es más bien una manera de justificar mi absoluta incapacidad para debatir; además, esto en un país como el nuestro en que quien tiene más pulmones para gritar o puños más fuertes para pelear se lleva el gato al agua, carece por completo de sentido. Por eso, siempre pensé que en los Tribunales deberían replantearse muchas veces el concepto de justicia.

    2) Dime lo que odias y te diré de lo que huyes (va especialmente dedicada a aquellos que odian-temen la homosexualidad y la atacan cada vez que pueden; siempre sospeché que ese tipo de gente oculta a su propio demonio en su interior).

    3) Se muestran antagónicos para ocultar su secreta igualdad (ésta es de El Roto, grande donde los haya, publicada en El País, el 17 de noviembre de 2011).

    4) No voy a discutir con imbeciles, ya que me harán bajar a su nivel y me ganarán por experiencia (¡Ja, ja! Ésta es muy buena y acompaña a los mensajes de naxo_zubidesaguisado en el foro no oficial del Córdoba CF).

     5) Adán era de color negro: Eva era de color blanco; la unión de ambos ha producido una humanidad gris (la cita es de Enrique Jardiel Pocela, y me la ha regalado mi buen amiguete Albert Landsknecht).

     6) El amor da inteligencia a los idiotas y vuelve idiotas a los inteligentes (Idem; voy a tener que ponerme a descubrir a Enrique Jardiel cuanto antes, porque promete. Su biografía, sobre todo su paso por Hollywood, ya es llamativa).

7) Dios es tan grande que hasta no creer en Él es una forma de creencia, con sus propios ritos y liturgias (dedicada a la multitud de ateos con los que me he topado en mi vida y que sin venir a cuento ni pedirles mi opinión me la regalaban como si fueran curas en sus púlpitos. Insufrible, oiga).

8) Si te limitas a flotar en un plácido mar de salud acabarás enfermando de aburrimiento. Esta frase me gusta especialmente por el entorno que la rodea. Se lo soltó el Joker a Batman en una rarísima edición de "La broma asesina" en un par de viñetas que fueron luego eliminadas del original de 1988, a petición del propio Alan Moore, que prefirió luego introducir un chiste con el que el Payaso del Crimen hacía reír al mismísimo Señor de la Noche a carcajadas. La segunda viñeta incluía la respuesta del alter ego de Bruce Wayne: "¿Crees que realmente mi vida es tranquila?" y la contrarrespuesta de su interlocutor: "Me lo temía".

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