jueves, 18 de septiembre de 2025

Que Rafael Marín convierta Iberia Inc. en una buena serie televisiva

Portada doble de uno de los números de Iberia Inc.

Ya lo digo claramente en la presentación del blog: También vengo a plasmar ideas 'robadas', como la de que Spielberg pudiera rodar una película sobre el hundimiento del USS Indianapolis a modo de homenaje-continuación de su Jaws (Tiburón en mi tierra), que evidentemente se ha quedado en la más pura -y natural- nada, o ésta que ahora presento para que también se quede en la más pura -y simple- nada.

(Nótese que he utilizado el verbo 'venir' para aludir a acto creativo en este blog. Y es lógico, porque para mí es como realizar una pequeña visita a un mundo por completo ajeno a mi persona, que, sin embargo, me permite permanecer en su interior, quizá porque le divierto o porque a lo mejor me vea como una mascota. El blog está vivo, tiene su propia dimensión física y se accede a él a través de un camino invisible entre helechos).

Pues bien, hace ya un tiempo (mucho), buceando por Internet, cayó en mis manos un guión completo de una historia sobre superhéroes (ya saben, poderes ultrahumanos o animalizados, acompañados de vestimentas llamativas y chillonas), con la peculiaridad de que éstos y éstas eran netamente hispanos. Ibéricos para más señas (ahora pienso que sus creadores quizá debieron incluir a alguno del equipo procedente de la Lusitania). Y ya se me encendió la lucecita en la cabeza de '¡cuidado! Que aquí puede haber algo interesante'. 

Se llamaba Iberia Inc.

Duna, uno de los personajes originales del grupo de superhéroes


Me emplacé a leerlo en cuanto tuviera menos trabajo. Un deseo estúpido de veras, porque el trabajo nunca acaba. Es como intentar contar los granos de arena de una playa. Hay tantos que es una tarea imposible (sin aplicar la IA) y todo un reto para ejercitar la paciencia de un inmortal. Me quedé en la primera página en la que un submarino británico con base en Gibraltar creo que perseguía una amenaza en plena tormenta de lluvia, rayos y truenos. 

Y cuando 'eso' a lo que estaban acosando con su armamento convencional (que ya te digo yo ahora no iba a funcionar en absoluto) sobrepasó de un límite concreto, uno de los soldados frena a los demás y dice algo parecido a "Dejadlo, España tiene su propio grupo de superhéroes. Ahora es su problema", y ahí termina el papel de la Marina Británica.

Bueno, miento. Por supuesto que indagué un poco más sobre ese grupo para ver quiénes lo formaban y ahí pude conocer a Miguel Ángel Roldán (alias Trueno, de Madrid), a su esposa Celeste Ayala (alias Dune, de México), a Jacinto Larraín Olea (alias Lobisome, de Galicia), al dios Melkart (de Cádiz), a L\'nn R\'nai (alias Aquaviva, de Tartessos), a Jaume Serrat i de la Casa (alias Drac de Ferro, de Catalunya), a Pere Allyon (alias Dolmen, de Baleares), a Trasnu (cantabro-astur) y a Traka (de Valencia).

Todos ellos son hijos e hijas del guionista Rafael Marín Trechera y de los dibujantes Carlos Pacheco y Rafa Fonteriz, que les dieron sus cuerpos y sus personalidades, es de suponer que con la intención de que el equipo con base en la sevillana Isla de la Cartuja (tras la Expo'92) adquiriera continuidad en el tiempo, pero aquello se quedó en seis historias recopiladas en un volumen en formato de cómic-book sin visos de continuidad, a pesar de que llegaron a venderse hasta 5.000 ejemplares.

Recientemente he leído que a Rafael Marín le hubiera gustado que alguien retomara el grupo para volver a darle vida y conocer lo que les ha pasado en todo este tiempo desde que los crearon en 1992, es decir hace ya 33 años.

No puedo negar que siempre pensé que podrían tener una buena película, ¿por que no? Pero hay que adaptarse a los tiempos y las series están por encima de los largometrajes, que son ya demasiado cortos para profundizar en la psique de los personajes en favor de cierta profundidad en las historias.

Los alegres superhéroes ibéricos plasmados en papel.

Además, me están gustando mucho las series de superhéroes-antihéroes que han salido ya a la luz (como Watchmen, The Boys, Doom Patrol, Jessica Jones, The Umbrella Academy, Gen V, Jupiter's Legacy, Misfits o Pacificador en carne y hueso, o Invincible y The Boys: Diabolical, en animación) y creo que Iberia Inc podría ir por esos mismos derroteros, aprovechando las seis historias ya creadas, pero deteniéndose en la evolución de cada personaje desde sus inicios (en plan Orígenes) hasta la actualidad.

Sólo por poner un ejemplo, Lobisome es un profesor y escritor de ciencia ficción que se transforma en hombre-lobo y se dedica a masacrar narcotraficantes en Galicia. ¿Cómo pasa de ahí a a formar parte del grupo de superhéroes con sede en Sevilla

A eso se le une la posibilidad de buenos 'crossovers' con otros grupos de superhéroes de los que hay repartidos por la Península y que algunos de ellos forman parte del universo creado por Marín y Pacheco, como es el caso de Triada Vértice o El Burlador; una buena galería de malos malosos (con y sin poderes), la imposibilidad de discernir hoy en día lo bueno de lo malo por la cantidad de tonos grises que hay; las guerras; las pandemias, las crisis económicas y morales que hay en el mundo y sale una buena serie de las de 'chapeauear'.

Alguien debe elaborar los guiones. Otro alguien debe poner la pasta y producirlo. Alguien más tendrá que diseñar trajes y conceptos (pero esta vez no tan diferentes a los del cómic. Un cuarto debe pensar en lo terrorífico que supondría en nuestra realidad la presencia de esa gente con capacidades especiales: Volar (con más voluntad que ingravidez), leer la mente (con una intuición extrema), atravesar materia (trasladando sus propias moléculas en circulo sorteando las de los obstáculos que tenga delante), generar fuego de la nada (supongo que acelerando las moléculas hasta el nivel de abrasión), ser invulnerables (con una densidad de piel casi absurda), con fuerza sobrehumana (como ya tenían los semidioses de la Antigüedad o los héroes de las principales sagas y mitologías del mundo desde tiempos inmemoriales)...

Sería una pesadilla, una terrible historia de horror puro. No sólo para los humanos simplemente humanos, siempre por debajo y a la sombra del capricho del metahumano (que ya adelanto yo en su inmensa mayoría carecería del autocontrol que impone la educación y la responsabilidad),  sino también para esos ultraseres, perdidos en un mundo vulgar, vacío, gris y temeroso, que les apuntaría con un tembloroso dedo acusador por su inmensa diferencia, y que serían cazados y exterminados sin piedad, obligándoles, finalmente a volverse con odio y rabia contra sus acosadores.

Los miembros de Triada Vértice (atención al detalle del Anís Machaquito, más cordobés que el salmorejo.

El mundo nuestro no está preparado para ese tipo de presencias (y por eso se ocultan), como tampoco lo está para un apocalipsis zombie o para algo más espantosamente 'real' como una generalizada y permanente caída de la energía que da sentido a sus patéticas vidas aferradas a unas redes sociales en las que nadan y se ocultan obviando la vida 'real'.

En todas esas distopías el ser humano se quita la máscara y muestra su animalidad más profunda. La ley del más fuerte (muchas veces por encima, incluso, de la del más inteligente) produce monstruos (que diría Goya). Monstruos sin alma -como el nazismo-, que devoran lo racional y lo escupen violentamente transformado en uniformal estupidez. Monstruos que amontonan riqueza sobre los huesos de la pobreza universal. Monstruos que revientan cabezas con sus propias manos sólo por el placer de averiguar el sonido que producen al estallar (similar a los experimentos nazis sobre el umbral del dolor humano). Si esas distopías (aunque Hitler forme parte del historia) por separado son atroces, ¿cómo serían mezclando esos tres ejemplos que he citado antes?

El dorado concepto de civilización se diluiría licuándose a velocidad vertiginosa hacia la gran cloaca de la sinrazón.

Los 'papases' de la creatura.

Y ahí entran estos héroes ibéricos. Vamos a ver si encajan en la 'realidad'. No se trata de crear un mundo a su medida o a su imagen y semejanza, sino a imaginar que de 'verdad' están entre nosotros, que llevan tiempo sin dar la cara como sí lo hacían con más alegría antes del nacimiento de Cristo, y que de repente aparecen ante nosotros pidiéndonos calma, porque van a servirnos de escudo frente a los que buscan nuestra perdición, aunque eso signifique en cada sangriento enfrentamiento un sinfín de innumerables víctimas a modo de (muy) doloroso daño colateral.

¿Os imagináis a esos borrachos niños descerebrados de jueves, viernes y sábado con algún poder de ésos? Rezad para que no se les ocurra dar rienda suelta a sus lamentables instintos en vuestro barrio, al lado de vuestra casa...

¡Que vienen los capas roja! ¡Vamos! ¡Rapaos el pelo o vestíos de murciélago y montad la resistencia antes de que sea demasiado tarde!


Aquí os traigo una canción de los Brighton 64 que me gusta muchísimo más en directo que en estudio. Se llama Club negro - Calle 46 y viene a plasmar su profundo amor hacia la música negra y quienes la componían. Algo similar al sentimiento de los Flechazos en su tema La reina del muelle, donde pedían "un trozo de carbón para pintarme la cara, para cambiarme de color". Bueno, como siempre me ocurre, os dejo los dos temas.




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