lunes, 26 de agosto de 2024

Cantando con las manos

Sofía y Paula delante de una increíble Lambretta en Córdoba, un sábado, 13 de julio de 2019


Me cuesta horrores escribir esto. Implica reconocer que soy un padre lamentable, que no supo afrontar las dificultades por las que han pasado sus dos hijas y miró a un lado dejando pasar cobarde el tiempo. Ese tiempo que ahora anhelo y no encuentro, porque el pasado está muy lejos transformado en piedra y desconozco por completo la fórmula para frenarlo todo y retroceder sobre mis pasos.

Me guardo mis miserias para rumiarlas en soledad tratando de evitar deshidratarme por el llanto, que me ahoga y me daña en los huesos del pecho. Mis vergüenzas me sangran por dentro y son mías. No estoy preparado ni tengo voluntad para desvelarlas.

Baste saber a día de hoy que la madre de ambas, más fuerte, más sabia, más vital, con una infinita y mayor capacidad para amar, las ha sacado adelante, aunque, como bien dice la poeta, aún están en el camino y las tres tienen mucho que aprender bebiendo sedientas de las venas abiertas de la vida.

Mis hijas han heredado una enfermedad (de ésas que se incluyen con extraña amabilidad en los 'inescrutables caminos del Señor') que afecta a los órganos. Nacieron ya hipoacúsicas y con los riñones severamente dañados.

Paula en Estepona el 19 de abril de 2019, descomponiendo gaviotas con la mente

Eso ha marcado profundamente a la mayor, Paula, a quien los sinsabores de la gente destruyeron su fresca inocencia infantil reduciéndola a ácidas cenizas amargas, y durante demasiados años vagó por un densísimo valle de sombras con la única luz que le aportaba su madre.

Fruto de esa experiencia se le endureció el alma. Se le cristalizó como el cuarzo. Se reflejaba en sus ojos, más profundos que cuando era niña y con una constante interrogante en la mirada: "¿Va ser siempre así?".

Ella no cuestionaba la razón; no quería explicaciones.

Sólo quería saber si alguna vez, algún día, la nave sin remos y sin timón en la que se encontraba navegando por inercia viraría con nuevo rumbo hacia el País de las Sonrisas vetadas para ella.

Si de niña era ya una belleza externa, pero también con intensos reflejos en su dulce interior, a día de hoy es una mujer menuda, como si su fuerza interna la hubiera mantenido con gravedad pegada a ese suelo que nunca la vio caer, y preciosa. Hasta extremos insospechados.

Creo que en un principio ella no era consciente de lo bonita que llegaba a ser, pero su madre le arrebató la ignorancia, se la arrancó de las manos y de los ojos, la puso delante de un espejo y, por fin, llegó a reconocerse. Y lo que es más importante, a gustarse.

Sofía y Paula en Los Caños de Meca el 14 de septiembre de 2018

Tiene la agudeza y la inteligencia natural de un superviviente nato. Destaca sobremanera en comunicar lo que tiene dentro usando cada centímetro de su piel y habla con las manos como hacen los sabios con palabras habladas o escritas.

A veces me da la sensación de que es capaz de ver la mentira oculta detrás de los gestos y muecas, pero a cambio no sabe mentir y el humor y la ironía desatan su ira. Su inmensa capacidad le ha permitido romper barreras de inútiles guetos impuestos y autoimpuestos, y ahora sabe nadar entre dos aguas con la facilidad con que una gaviota cruza el cielo para adentrarse en el océano a la caza de su futuro. 

Ha crecido en un mundo donde impera la comunicación a distancia y ha sabido apropiárselo amoldándolo a sus posibilidades.

Como dije en su día en mi página de Facebook, yo creo que la culpa de que a Paula le guste la música la tienen sus primos carnales Áyax y Adri.

Las canciones que yo escucho a ella le quedan antiguas, rasposas, como polvo en la garganta.

Paula el 10 de agosto de 2018 en la capital cordobesa como una de las 'Gamboas'

Pero el Rap granaíno de sus primos se le metió dentro, como un punzón afilado abriéndose paso a través de una masa de gelatina densa: Con facilidad, pero sin prisas.

Eso le ha permitido saborear sus temas palabra a palabra, y cuando ella los canta, con la boca o con las manos, se las apropia, las siente y las haces suyas, a un nivel infinitamente elevado y superior al de cualquier oyente.

A Paula le gustan esos difíciles poemas urbanos entonados de sus dos primos. Pero no es como esa masa de moscones repugnantes que están siempre a su alrededor para hacerse una foto con ellos o exigir de cualquier modo que sus ídolos les hagan caso (y en caso contrario considerarlos unos creídos de mierda).

Sofi y Paula el 10 de agosto de 2018 en la capital cordobesa tras una sesión de cine de verano


Paula no necesita demostrarles nada a sus primos. Sólo le gustan, ya sea en casa o en el 'backstage', que se dice (entre bambalinas, vaya), de un concierto, y una manera de demostrárselo a sí misma es llevando esas letras a su mundo más íntimo: El de la lengua de signos, donde ella es emperatriz, señora y la puta ama.

Esto es 'Pájaro enjaulado', la última del Ayax, a la manera de Paula.




Pájaro enjaulado

Si un preso nunca recibe una carta
Vive con un nudo en la garganta (Ah)
Abre los ojos pero nunca se levanta
Está llorando debajo de la manta
Hace mucho que no escribe hasta las tantas
Y hace mucho que no raja la garganta (Ah)
Perdona si me olvido de que tu eres un cachito, un trocito de mi alma
Si conoces al Ayax, cuatro voces y se calma
Tú lo perdonas pero me lo apunta el karma
Si no escribía es porque no tenía alma (No)
Y porque pájaro enjaulado nunca canta
Y con el rap mi familia se afianza
Y con el rap te pagamos la fianza
Estoy pensando en comprarte una alianza
Formar una alianza, a la vieja usanza

Porque pájaro enjaulado nunca canta
Porque pájaro enjaulado nunca canta (365 días)

Si un preso ya no está contando ni el tiempo
Es porque ya está muerto por dentro
No recuerda cuanto lleva en ese centro
Pero recuerda cada parte de su cuerpo
En mis sueños te deseo, te poseo, luego siento un zarandeo y me despierto
Lloran por la noche pa' que nadie pueda verlos
Algunos mentan a su madre hasta durmiendo (Ay)
Algunos van esposado' al cementerio
Ningún baño de lágrimas apaga un cirio negro
Cuatro funcionarios, cinco leyes y un criterio
Cuatro paredes, cinco puntos y yo en medio (Ah)
Estoy rezándole a Rosario y a Remedios (Ay)
Estoy rezándole a Rosario y a (-)

Si un preso ya no está contando ni el tiempo
Es porque está ya (-)

Si un preso nunca recibe una carta
Vive con un nudo en la garganta (Ah)
Abre los ojos pero nunca se levanta
Está llorando debajo de la manta
Hace mucho que no escribe hasta las tantas
Y hace mucho que no raja la garganta (Ah)
Perdona si me olvido de que tu eres un cachito, un trocito de mi alma

Si un preso nunca recibe una carta
Vive con un nudo en la garganta (Ah)
Abre los ojos pero nunca se levanta
Está llorando debajo de la manta
Hace mucho que no escribe hasta las tantas
Y hace mucho que no raja la garganta (Ah)
Perdona si me olvido de que tú eres un cachito, un trocito de mi alma.

Paula tiene más vídeos en su Youtube 'PaulaSignaYT':







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