domingo, 26 de mayo de 2013

Semi-leyenda urbana

A día de hoy (24 de Mayo -es un nombre propio y no entiendo la razón de que en castellano se suela escribir en minúscula; es como si se le restara importancia vulgarizando su nombre- de 2013), todavía me tengo que considerar más cacereño que otra cosa, porque en esa interesante ciudad del Oeste español transcurrieron 18 años de mi vida, y aún no ha habido ningún otro sitio o lugar que haya igualado esa marca temporal (en Córdoba llevo ya 15 años, pero no los considero suficientes como para sentirme por completo cordobés).
En Cáceres coincidieron una serie de circunstancias que acabaron confluyendo y mezclando en ese difuso caldo de cultivo de mínimos detalles que es la pre-adolescencia y la adolescencia para transformarme, con la fría alquimia de la indiferencia, en este ser que es quien soy hoy en día (para bien o para mal).
Uno de esos capítulos menores ocurrió junto a mi inseparable amigo Carlos Cordero, con la calle General Esponza (cerquita de la Plaza Mayor) de marco, en un mesón que ahora resulta ser un restaurante italiano y que creo recordar que por entonces se llamaba Los Toneles.
Se trataba de un local normalito, con una larga barra a la izquierda, nada más entrar por la puerta, y abundantes mesas de madera repartidas con orden por todo su espacio. Creo recordar que más que sillas tenía bancos también de madera, confiriendo al ambiente un cierto aire medievaloide dentro de la modernidad. Por lo demás, el aire olía a fritanga (allí mismo se hacían cortezas de cerdo que se servían en tapas), la cerveza estaba fresquita y todo parecía muy común, salvo por un elemento que lo hacía destacar sobre otros mesones de la época: Contaba, a la izquierda de la puerta, pegadita a la pared, con una máquina de singles para elegir música. Una especie de juke-box donde los parroquianos podían realizar su selección a cambio de un duro (esto no lo tengo muy fresco en la memoria, pero creo recordar que funcionaba introduciendo una moneda de cinco pesetas, sí).
La del Mesón Los Toneles tenía cierto aire a esta maravilla de los años 50 del siglo pasado.
La mayoría de las veces la máquina permanecía en perfecto y denso silencio, pero para desgracia del dueño y del resto de clientela, cuando llegábamos nosotros éste se rompía de forma mágica. Y reconozco que no era por el simple hecho de poner música (cuestión de vital importancia para nosotros), sino porque únicamente contaba con una canción de nuestro agrado, el "Do Nothing" de los Specials, y, claro está, la poníamos una y otra vez hasta que nosotros mismos, ante el alivio generalizado del resto de la parroquia, nos aburríamos y nos marchábamos hacia otro sitio (generalmente, el Mesón Duque, donde contábamos con una cinta grabada por nosotros mismos y que el propietario sabía que podía poner tranquilamente por las dos caras para que consumiéramos cerveza contando con una banda sonora de elevadísima calidad, o el Fredy Montana, glorioso templo de la época ajeno a movidas clásicas, ya fueran cacereñas o madrileñas, pero que recibía con los brazos abiertos a cualquier subcultura juvenil, entre ellos Mod-ernistas y Rockers, y del que muy probablemente hablaremos en otro momento).
Pues bien, en una de éstas se nos acercó un hombre de aspecto normal, relativamente joven, que nos pidió permiso para sentarse en nuestra mesa "porque teníamos cara de ser inteligentes".
¡Toma ya! Doble sorpresa. Por un lado, no nos gustaba que nadie ajeno a nuestra forma especial de ver la vida se nos acercara con tanta familiaridad. Éramos nosotros los que abríamos la puerta a quien consideráramos meritorio de ello, pero nos desagradaba sobremanera que alguien llamara con sus nudillos para hacernos ver que nuestro voluntario aislamiento ni era todo lo sano que creíamos ni iba a ser permitido en una sociedad tan estrecha de miras como la cacereña. De hecho, pensábamos que nuestro aspecto (parkas hasta arriba de parches y chapas, calcetines de colores rojos, amarillos o blancos, chaquetas estrechas de tres botones de aspecto sesentero, pantalones estrechos y a la altura del tobillo y zapatos negros más brillantes que la calva de Mister Proper) era más que suficiente para espantar a este tipo de plastas, pero fallamos esa vez en nuestra previsión.

Lo dicho. Calcetines de todos los colores para una época que se nos antojaba algo gris en Cáceres.

Por otro, que nos calificaran de inteligentes sólo por la cara era todo un piropo, pero resultaba impropio del lugar en el que estábamos, porque allí acudíamos únicamente a beber, golpear la mesa al ritmo de Ska y hablar de chorbillas y música (muchísima música), pero no a departir precisamente sobre cómo resolver los problemas del mundo, ni de política, ni de cultura general (por lo menos, no en ese preciso instante).
El gran problema nuestro es que no sabíamos decir que no, así que le dimos permiso para hacerlo... Y nos arrepentimos nada más asentar su trasero en la madera del banco. Con sólo abrir la boca supimos que algo se había roto en su cabeza y Carlos y yo nos miramos con una ceja alzada, la medio sonrisa en la boca y una mirada de "que alguien nos rescate como sea".
-Estoy muy preocupado -nos soltó, después de dar un mínimo sorbito a la espuma de su tubo.
Tras un prolongado silencio, Carlos, el más educado de los dos con diferencia, le cuestionó la razón de su desazón, pero a ninguno se nos ocurrió ni presentarnos ni preguntar a nuestro interlocutor por su nombre.
-No hago más que masturbarme en mi casa y temo que mi madre pueda quedarse embarazada de mí.
No se nos atragantó la cerveza de milagro. El mega-onanista ése se nos estaba confesando como si fuéramos sus curas particulares, pero mi curiosidad pudo más que mi prudencia.
-¿Por qué dices eso? -Le inquirí.
-Porque mis espermatozoides se quedan flotando en el aire y en el agua cuando me baño y pueden meterse dentro de ella en cualquier momento y hacerle un hijo.
Se me quedó mirando asintiendo levemente con la cabeza y apretando los labios en un gesto de "no quiero decir más, no vaya a ser que ese espanto me ocurra de verdad".
Aguanté como pude la risa que pujaba por salir a borbotones de la garganta, y antes de que eso ocurriera opté por tranquilizar a ese extraño con la neurona coja.
-No, no. Eso no puede ocurrir, porque el esperma aguanta muy poco fuera del cuerpo y se muere enseguida.
"Onanismo", de Puke. Obra cogida de www.thegallery.pro.

-Es que me hago pajas a todas horas y en todas partes.
-Pero al eyacular el semen acaba en algún sitio y no se limita a flotar por el ambiente al asalto de una hembra. -Evidentemente, no le contesté exactamente eso, pero sí algo muy similar, más para que cortara con aquella historia que otra cosa, porque estaba claro que el amiguete no quería ser consolado.
-¡Que no! ¡Que no! Estoy seguro de que hay peligro de que eso ocurra y estoy muy preocupado.
El hombre inclinó la cabeza hacia la mesa y posó sus dos manos sobre la nuca en un claro gesto de teatralidad medida, pero, al mismo tiempo, creyéndose lo que decía. Mientras, yo miraba no sin cierta desesperación a Carlos para que tomara el relevo a la hora de consolar a ese cretino.
Mi amigo lo intentó de todas las maneras, pero aquel ser unineuronal seguía lamentando su voluntaria y buscada mala suerte, y he de reconocer abiertamente que a mí me costó un trabajo enorme no mandarlo a la mierda de forma directa o aconsejarle que si tanto ansiaba un hijo con su madre, sencillamente que se la tirara, haciendo honor al Complejo de Edipo del que era un claro ejemplo. Pero que, a cambio, se callara y dejara aquella estéril queja, que amenazaba con convertirse en un autocomplaciente bucle echando a perder nuestro más que preciado tiempo de Domingo color amarillo.
A la postre nos tuvimos que marchar bastante mosqueados y dejando al hombre solo en la mesa sin haberse despedido de nosotros, ni nosotros de él.
Son esos pequeños detalles que hacen la intrahistoria de una recogida capital de provincia en su despertar hacia una nueva era. Y que, además, te desvelan la existencia de ese tipo de personas que se escapan a la "normalidad" establecida en una Campana de Gauss, cuya base de extrañezas y rarezas es cada vez mayor y más amplia, en cuanto al género humano se refiere, a medida que transcurre el tiempo.
Personalmente, el encuentro me sirvió de mucho. Ahora detecto casi de inmediato ese tipo de alteraciones en la gente, pero lejos de alejarme de ellos, intento seguir aprendiendo la razón y el motivo de que este macro-experimento divino haya resultado tan fallido...

Cualquiera que entienda mínimamente de este tema sabe la razón por la que se ha escogido esta canción de The Who titulado "Pictures of Lily". No sólo porque el grupo es una genialidad que aguanta como nadie el paso del tiempo, sino por el mensaje de esta placentera canción. Leed la letra y hurgad a fondo en vuestra insana imaginación (allí donde las sombras esconden horrores sin nombre ni forma, y donde ni vosotros mismos os atrevéis a adentraros para conocer vuestro auténtico rostro).



Pictures of Lily (Fotos de Lily)

I used to wake up in the morning (Solía levantarme por la mañana)
I used to feel so bad (sintiéndome tan mal)
I got so sick of having sleepless nights (estaba tan enfermo de tener noches sin dormir)
I went and told my dad (que al final fui a hablar con mi papi)

He said, "Son now here's some little something" (me dijo: "hijo, aquí tenemos una cosita")
And stuck them on my wall (y las colocó en mi pared)
And now my nights ain't quite so lonely (y ahora mis noches no son para nada solitarias)
In fact I, I don't feel bad at all (de hecho, no me siento mal en absoluto)

Pictures of Lily made my life so wonderful (Fotos de Lily, hacen de mi vida algo maravilloso)
Pictures of Lily helped me sleep at night (Fotos de Lily, me ayudan a dormir por la noche)
Pitcures of Lily solved my childhood problems (Fotos de Lily, resuelven mis problemas de adolescencia)
Pictures of Lily helped me feel alright (Fotos de Lily, me ayudan a sentirme bien)

Pictures of Lily (Fotos de Lily)
Lily, oh Lily (Lily, ¡oh Lily!)
Lily, oh Lily (Lily, ¡oh Lily!)
Pictures of Lily (Fotos de Lily)

And then one day things weren't quite so fine (Y entonces un día las cosas no fueron tan estupendas)
I fell in love with Lily (me enamoré de Lily)
I asked my dad where Lily I could find (Pregunté a mi padre dónde podría encontrar a Lily)
He said, "Son, now don't be silly" (Me dijo: "Hijo, no me seas tonto")

"She's been dead since 1929" ("Lleva muerta desde 1929")
Oh, how I cried that night (¡Oh, cómo lloré esa noche!)
If only I'd been born in Lily's time (Si sólo hubiera nacido en la época de Lily)
It would have been alright (hubiera estado muy bien)

Pictures of Lily made my life so wonderful (Fotos de Lily, hacen de mi vida algo maravilloso)
Pictures of Lily helped me sleep at night (Fotos de Lily, me ayudan a dormir por la noche)

For me and Lily are together in my dreams (Para mí, yo y Lily estamos juntos en mis sueños)
And I ask you, "Hey mister, have you ever seen" (Y yo le pregunto: ¡Hey, señor! ¿Ha visto alguna vez)
"Pictures of Lily?" (fotos de Lily?")

He aquí imágenes de época utilizada por los Who para ilustrar este single...



No hay comentarios:

Publicar un comentario