lunes, 13 de febrero de 2012

Tristemente occidental

Durante aproximadamente un año estuve en el PARO (tercera lacra del sistema de vida occidentaloide en estudio a través de la música). Ocurrió en Córdoba, justo después de que trabajara durante 28 días (lo que dura un gélido mes de febrero) en un periódico diario que inició un grupo de excelentes profesionales locos bajo el mando de un chorizo y un mafioso (es literalidad y no un mero insulto, en ambos casos*), La Gaceta, que tuvo una existencia muy intensa, fugaz y breve.
Una experiencia agridulce, pero muy gratificante tras la agonizante debacle y posterior cierre del diario madrileño YA, en el que estuve trabajando mientras Antena 3, Banesto y el Grupo Z se dedicaban a desmantelarlo usando a auténticos payasos (con perdón hacia este interesante colectivo que desde pequeño me aterroriza) de testaferro.
Gracias a eso tuve la poco habitual experiencia de recibir dinero del Fogasa en dos ocasiones. La primera de esas veces, unido a unos ahorrillos que me había agenciado y al cobro del desempleo, es lo que me permitió ir tirando durante esos doce meses sin trabajo, en los que llegué a creerme un inútil sin futuro ni remedio, a pesar de que muy en el fondo sentía la ridiculez de esos pensamientos y sensaciones falsas.
Fue una época dura, en la que no había mucho trabajo. Internet apenas era un concepto (al igual que los primeros y monstruosos teléfonos móviles) y todas las ingentes posibilidades que después nacieron a la sombra de la bendita Red de Redes no estaban presentes para poder aprovecharlas. Todo se movía con los clásicos medios de comunicación (prensa, radio y televisión) y el mercado estaba más que copado: Saturado.
Ahora, llevo ya casi 11 de años desempeñando mi labor en otro periódico diario, teóricamente fuerte, pero que acaba de echar a la calle a un compañero, que lideraba la sección de fotografía (la primera vez que ocurre algo similar en todo ese tiempo), con lo que se ha abierto la puerta a que los demás que permanecemos en la oficina nos ocurra otro tanto, sólo que en mucho peores condiciones, merced a la gracia con la que el nuevo Gobierno nacional nos ha descabellado con su Reforma Laboral.
Hay que tener en cuenta que, a partir de ahora, cualquier medio de comunicación puede subirse al carro de los nueve meses sin lograr beneficios para poder poner en marcha un ERE barato. Así que agárrense bien los machos porque de aquí a un año, sus periódicos, emisoras y cadenas de televisión van a nutrirse de un endeble ejército de colaboradores que se venderán (y con ellos sus informaciones) con tal de que les den una limosna para ir tirando. No hay nada más peligroso que un país sin ojos (fotógrafos) ni oídos y bocas (redactores) con un mínimo de formación y con un cierto criterio para saber hasta dónde se puede llegar con la venta del cuerpo y la mente a un medio de comunicación concreto y hacia sus intereses políticos, económicos y sociales (lo de la falta de libertad en los medios será cuestión de estudio aparte, lo juro).
Volviendo a la Reforma Laboral impuesta desde el nuevo nacional-socialismo germano de Merkel, y mirando al ejemplo británico de su gemela durante los procelosos y cualquier cosa menos aburridos años 80 de siglo pasado, Margaret Thatcher, más de un españolito pringao se verá reflejado muy en breve en la crudeza de este tema de los UB40, "The one in ten", grupo y canción que se desarrollaron ambos en lo peor de la política proteccionista de la Dama de Hierro (a base de un salvaje recorte del gasto público y otros "esfuerzos" aplicados por sus aliados del comercio y el empresariado de la alta burguesía), que acabó llevando al paro en poco tiempo a 2,5 millones de sus compatriotas, viviéndose en las Islas Británicas una de las peores revueltas sociales del Siglo XX.
No hace falta ser un sabio de las finanzas para saber que si se corta de raíz el consumo (y la Reforma Laboral del Gobierno español lo hará, poniendo en bandeja el despido fácil y rápido), la producción industrial caerá en picado y eso generará mucho paro, y el paro seguirá sin generar gasto, que, a su vez, frenará más el consumo y la producción se irá al garete. Al final, sólo permanecerán vivos los bancos, como las cucarachas y las ratas tras un holocausto social, pero únicamente tendrán la nada y el polvo de la desolación para mantenerse en un sistema carente por completo de salida.
La canción se narra desapasionadamente, casi con aburrimiento por todo lo que se está viviendo en esos años, siguiendo un ritmo cercano a un tipo de Reggae blanco que hundía sus raíces en los suburbios sin formación ni futuro de las ciudades inglesas. La letra no tiene desperdicio.
Lo dicho, nos vemos en la cola del paro para componer canciones.

Portada del single del año 1981




Aquí tenéis la letra:

Estribillo
I am the one in ten (Soy el "uno de cada diez"**)
A number on a list (un número en una lista)
I am the one in ten (Soy el "uno de cada diez")
Even though I don`t exist (a pesar de que no existo)
Nobody knows me (nadie me conoce)
Even though i`m always there (aunque siempre estoy ahí)
A statistic, a reminder (una estadística, un aviso de recuerdo)
Of a world that doesn`t care (para un mundo al que no le importa)

My arms enfold the dole queue (Mis brazos abrazan la cola del paro)
Malnutrition dulls my hair (la desnutrición deja mi pelo sin brillo)
My eyes are black and lifeless (mis ojos están negros y faltos de vida)
With an underprivileged stare (con una mirada de desamparado)
I`m the beggar on the corner (soy el mendigo en la esquina)
Will no-one spare a dime? (¿podría nadie prestarme 10 centavos?)
I`m the child that never learns to read (soy el chico que nunca aprendió a leer)
`cause no-one spared the time (porque nadie me dedicó su tiempo)

(Estibillo)

I`m the murderer and the victim (soy el asesino y la víctima)
The licence with the gun (la licencia con el arma)
I`m a sad and bruised old lady (soy una vieja señorita magullada y triste)
In an ally in a slum (soy un aliado en un suburbio pobre)
I`m a middle aged businessman (soy un hombre de negocios de mediana edad)
With chronic heart disease (con una enfermedad cardiaca crónica)
I`m another teenaged suicide (soy otro adolescente suicida)
In a street that has no trees (en una calle carente de árboles)

(Estribillo)

I`m a starving third world mother (Soy una famélica madre del Tercer Mundo)
A refugee without a home (un refugiado sin casa)
I`m a house wife hooked on valium (soy un ama de casa enganchada al valium)
I`m a pensioner alone (soy un pensionista solitario)
I`m a cancer ridden spectre (soy un espectro montado en el cáncer)
Covering the earth (cubriendo la Tierra)
I`m another hungry baby (soy otro bebé hambriento)
I`m an accident of birth. (soy un accidente de nacimiento)

(Estribillo)


*Del mafioso sólo puedo decir que se llamaba Ray (desconozco su apellido), era de origen británico y que tenía "negocios" inmobiliarios en Marbella, de donde venía en ocasiones a Córdoba a controlar cómo iba el periódico, ubicado en el Centro de Negocios de la calle Claudio Marcelo (donde todos sospechamos al final le servía de máquina para blanquear dinero negro). Cuando las cosas salieron mal, y tuvieron que realizar en plena madrugada un levantamiento de bienes en toda regla, se rumorea en la calle que éste envió a un par se sicarios que enviaron al otro al hospital (en plenas Navidades) durante unas cuantes semanas. Del chorizo, Martín Hidalgo (alias Chucky, por su mirada ida de ojos gordos), comentar que tras deshacer estúpidamente su vida en Córdoba, se pegó a Jesús Gil mientras éste era alcalde marbellí y fue director de la televisión local de Marbella y estuvo en el diario Marbella Express. No me extrañaría nada que todo el rollo de la corrupción inmobiliaria comenzara con la presencia de este pájaro y del mafioso...

**Uno de cada diez británicos estaba en esos años en el paro, de ahí el título de la canción. Además, el nombre del grupo alude al formulario de petición de pago del seguro de desempleo, Unemployment Benefit Form 40, (Formulario de ayuda social por desempleo 40).

Y aquí está el temita de marras.




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