Imagen cogida de "Esoterica" que representa a Lucifer, el Portador de la Luz. |
Te puedo contar que alguien me contó que una vez le contaron
una curiosa historia sobre la estrepitosa caída de Lucifer, y es la que sigue:
Estando Dios contemplando el Mundo recién creado decidió
mostrárselo al ángel más destacado y querido por Él, Lucifer. Le llamó, pues, y
le enseñó Su Obra, tan hermosa era que bien merecía la pena compartirla. Y no
sólo eso, sino que además Dios llevó al Portador de la Luz al mismo Mundo para que
pudiera gozar hasta del más mínimo detalle.
Observaron el verdor reluciente de la hierba; sintieron el
sano frescor de las sombras a los pies de los altos árboles; degustaron el
dulcísimo sabor del agua primigenia en las limpias corrientes y arroyos;
escucharon el alegre bullicio de los múltiples animales que poblaban la Tierra
a través de los tiempos y disfrutaron con el hervor vivo de los peces y otros
seres en los mares y océanos a lo largo de las eras. Luego el Creador guió al
arcángel hacia un jardín donde todo lo que ya habían estado admirando con
anterioridad se multiplicaba en belleza hasta el infinito. Allí moraba el
Hombre junto a su compañera, la Mujer, y descubrieron la paz y la armonía en
sus vidas.
Después de todo esto, ambos se marcharon por fin del Mundo,
y el tiempo que habían pasado en él fue de un día y una noche, puesto que ambos
existían sin ataduras temporales ni limitaciones cíclicas y podían manipular
ese flujo a su antojo.
Sin embargo, Lucifer nada más ver la Obra la codició para
sí, ya que se sabía incapaz de crear nada por sí mismo y había sentido ansia de
posesión y envidia por la felicidad del Hombre habitando en el Edén. Entonces
se acercó a Dios y con palabras melosas le dijo:
-Tú me quieres, ¿verdad?
-Bien lo sabes, puesto que te hice don de la existencia
–contestó Dios.
-¿Y me darías además lo que yo Te pidiera?
-¿Qué es lo que deseas, Lucifer?
El astuto ángel se había percatado de que cuando el sol se
hallaba mirando al Este, el Oeste se encontraba en sombras, pero con el
movimiento rotatorio del planeta la operación era la opuesta; y así, siempre
era de noche en alguna de las dos mitades del Mundo. Aprovechándose de la
circunstancia intentó engañar a Dios.
-Me gustaría que me entregaras, por el amor que me tienes,
la parte de la Tierra que esté ensombrecida.
El Creador miró a Lucifer largo tiempo y desveló con pesar
la artimaña. Luego respondió ciertamente entristecido:
-Que así sea; desde ahora serás el Príncipe de las Tinieblas.
La única estatua existente del Ángel Caído, en Madrid. Es de 1885 y la elaboraron al alimón Ricardo Bellver y Francisco Jareño. Imagen de "El Paraíso Perdido". |
Lucifer se frotó las manos sonriendo satisfecho y se dispuso
a tomar posesión del Mundo y de todo lo que había en él. Pero Dios le retuvo y
preguntó:
-¿Qué haces, Satanás?
-La Obra entera es mía, puesto que en algún momento siempre
hay sombras en su superficie, y Tú me la has dado.
-Es sabido que lo que doy no lo quito –replicó Dios-, pero
es también verdad que tu mentira ha recaído sobre ti mismo, porque si siempre
hay oscuridad nocturna no es menos cierto que hay también siempre luz del sol.
Por tanto, el Mundo no es para ti.
El ángel, que había cambiado de nombre, al oír aquello
sintió miedo y volvió a escuchar la Voz de Dios:
-Contémplate ahora, Señor de la Falsedad. La Luz que tenías,
tu Luz, se ha extinguido y no he sido yo quien la ha apagado.
Satanás, antes Lucifer, se miró y advirtió aterrorizado su
transformación en un ser oscuro, carente de gracia. Luego el miedo dio paso al
odio y gritó al Creador:
-¡Tú eres el que me ha engañado! Desde el principio supiste
que pretendía quedarme con el Mundo y no me paraste los pies. ¡Y dices que me
quieres!
Dios contestó sin enfado:
-Eras libre, satanás, porque Yo te hice así. Por eso no
quería obligarte a que actuases en contra de tu voluntad. Y tu voluntad fue
apartarte de Mí.
El demonio se retorció de rabia ahogándose en la aversión
contra sí mismo y contra Dios y todo lo que Él amaba. Luego alzó los ojos
brillantes de los que brotaban llamas para decir:
-¡Basta! No quiero nada conTigo. Te odio, Te aborrezco,
abomino de Ti, abomino de Ti, abomino de Ti…
Y así me dijeron que fue cómo Lucifer se separó
definitivamente de Dios.
Satanás (antes Lucifer) recapacitando sobre su caída. Imagen de "Ateismo para cristianos". |
bienaventurado sera tu nombre por exaltar y glorificar el nombre del Magno ser de Luz Lucifer, salve lucifer, salve lucifer, salve Lucifer
ResponderEliminarporque habéis, desfigurado mi imagen, acaso teméis a mi poder,aunque han pretendido hacerme ver como una bestia, os conocéis quien soy y como soy; mi poder nunca sera decaído y todo el que me sigue alcanzara la luz de la Sabiduría y glorificara mi nombre yo soy el que soy Luz bel Dios iluminado.
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