Después de que se elaborara el cortometraje 'Hambre Mortal' entre un puñado de amigos (entre ellos, el eterno Paul Naschy, el 'spielbergniano' Antonio Sánchez Escalonilla o el muy profesional Juan Calot), allá por 1996, la verdad es que me creí preparado para seguir escribiendo guiones para películas de corta duración. Así que me lancé en 1998 a redactar este otro trabajo que empieza prometedor, pero no acaba de cuajar bien.
Lo digo como suena, porque lo he visto con perspectiva histórica (ahora mismo, cuando lo vuelvo a escribir para este blog en 2016, es decir 18 años más tarde), sin acordarme para nada de qué iba la trama, redescubriéndola, prometiéndomelas felices con ella y desinflándome por completo al final. Pero, en fin, ¿qué se la va a hacer?
El caso es que se lo dediqué a mi esposa, Yolanda, tal y como aparece escrito a mano en la portada, y que dice así: "A Yolanda, quien logró despertarme a la vida" y finaliza poniendo Córdoba, 4 de febrero de 1998.
El caso es que no me apetece tampoco que se acabe perdiendo en el tiempo y me he decidido a plasmarlo aquí, como también haré con otros escritos que tampoco es que sean muy buenos, precisamente.
VISIÓN EN NEGRO. Se escucha en off la voz de Sergio, el protagonista de este cuento visual. Su tono es amistoso, como el que cuenta una historia curiosa, tal y como es el caso.
SERGIO (en off)
La verdad es que no me considero un charlatán, pero hoy siento la imperiosa necesidad de abrirme y vomitar de una vez lo que me tiene obsesionado desde hace ya diez años. Me gustan las historias lineales, así que considero lo mejor empezar desde el principio, ¿no?...
NOCHE. Calle de una ciudad cualquiera. Se sale del fundido en negro para mostrarnos a Sergio, un joven de 25 años que da vueltas y saltitos a fin de combatir el frío. Está animado. De vez en vez mira el reloj y lanza vistazos a la puerta de un gimnasio que está en la acera de enfrente. Silba una tonada y empieza a bailotear al ritmo. Mientras se ven la las imágenes, se sigue escuchando en off la voz de Sergio.
SERGIO (en off)
Mucha gente piensa que en las relaciones sentimentales o de simple amistad es necesario un cierto toque de inseguridad para combatir la monotonía. Ése no es mi caso...
Sergio se da la vuelta y se introduce en el bar que tiene a su espalda. Es un local de barrio, sencillito y sin destacar por nada en particular.NOCHE. Interior del bar. Sergio se dirige a la barra donde hay un cliente silencioso tomándose una copa de vino. Otro hombre juega a la máquina en la que introduce como un poseso una moneda tras otra llenando el local con su soniquete estridente y artificial. Detrás de la barra hay un camarero con rostro aburrido. Sergio apura la cerveza que había dejado sobre la barra. Luego se dirige al camarero. La voz en off se superpone a la conversación de él mismo y del camarero.
SERGIO
¿Me cobras esto?
¿Me cobras esto?
EL CAMARERO
Son veinte duritos.
Sergio pone la moneda sobre la mesa, mira de nuevo el reloj y se despide del hombre.
SERGIO
Gracias. Buenas noches.
El interpelado se limita a hacer un gesto en silencio con la cabeza para responder al saludo y Sergio sale de nuevo a la calle.
SERGIO (en off)
...Mis relaciones con Clara eran una auténtica balsa de aceite. Yo estaba seguro de que acabaría mis días con ella, y ella de que me vería envejecer a su lado. Y yo me sentía más que satisfecho con esa idea...
NOCHE. Calle. La cámara muestra de lejos una imagen de la puerta del gimnasio por la que empiezan a salir algunas personas, hombres y mujeres, la mayoría con bolsas de deporte o vestidas con chándal deportivo. Clara, una chica guapetona de 20 años, se despide de una amiga suya que se encuentra entre la gente del grupo y comienza a dirigirse hacia la carretera. La cámara retrocede una tanto hasta incluir a Sergio en pantalla. Está echándose aliento en las manos y cuando ve a Clara saludarle con la mano con una gran sonrisa murmura, sin mala intención y más bien contento:
SERGIO
¡Joder! Ya era año.
Sergio sonríe y menea la cabeza mientras señala al reloj amonestándola en plan de broma por el tiempo que le ha hecho esperar. La voz en off de Sergio se ha seguido escuchando al tiempo que se veía en pantalla lo anterior.
SERGIO (en off)
...Pero nadie, y recalco lo de nadie, debería de dar por sentado nada. La propia vida ya se encargará de demostrarlo.
NOCHE. Calle. Visión objetiva de Sergio. Clara levanta los hombros como disculpándose. No deja de sonreír con su embriagadora y perfecta boca. Avanza hacia Sergio si mirar a los lados. El movimiento se ralentiza (cámara lenta) y mientras ella sigue caminando un coche aparece en escena y se la lleva por delante. No se oye ningún ruido de ningún tipo: ni pitido de claxon ni frenazo ni siquiera el brutal golpe. Sólo se ve con nítida claridad cómo se la lleva por delante.NOCHE. Calle. Vuelve a escucharse la voz en off de Sergio. Primer plano de la cara de Sergio con los ojos casi fuera de las órbitas y la boca abierta con horror. Intenta emitir alguna palabra, pero no le salen.
SERGIO (en off)
Fue visto y no visto.. ¡Dios! ¡Dios! ¡Dios! Eso era lo único que era capaz de pensar. En un nanosegundo pasé de tenerlo todo a quedarme sin nada... O por lo menos sin nada válido por lo que seguir luchando...
NOCHE. Calle. Mientras la voz en off de Sergio habla, la cámara ha ido retrocediendo al tiempo que empiezan a escucharse algunas voces de gente que se acercan al accidente. Un hombre empuja a Sergio en su afán por acercarse a ver qué ha pasado. Sergio ni se inmuta. Permanece quieto como una estatua. La cámara sigue retrocediendo dejando a Sergio en mitad de la escena. Se oyen voces de curiosos.
VOZ DE SEÑORA
¡Ay, madre! La pobre...
VOZ DE HOMBRE
¿Qué ha pasado?
OTRA VOZ DE HOMBRE
El borracho ése, la ha matado.
TERCERA VOZ DE HOMBRE
Acabo de llamar a una ambulancia y a la Policía.
VOZ DE LA SEÑORA (gritando iracunda)
¡A ti se te va a caer el pelo! ¡So desgraciao!
SERGIO (en off)
...Tuve la sensación de hacerme muy pequeño, tanto que creí que iba a desaparecer. Pero la dura realidad era que me estaba encerrando en mí mismo. Había levantado a mi alrededor un hermético y transparente muro sin límites de altura para protegerme del terrible dolor que me causaba la pérdida de Clara.
NOCHE. Calle. Al mismo tiempo que se escucha la voz en off de Sergio, la cámara ha seguido retrocediendo dejando que entraran en el plano el morro abollado del coche ligeramente ladeado, un hombre que lleva un móvil (teóricamente es el que ha llamado a la ambulancia), un joven encogido con la espalda apoyada en la rueda de su coche con las manos sobre la cabeza mientras dos personas más le echan una reprimenda y un nutrido grupo de personas que se mueven alrededor de donde tendría que estar tirada Clara (a la que no se le ve en ningún momento).La escena tiene el aire de algunas viñetas multitudinarias de Hergé con profusión de personajes y en las que convergen un sinfín de historias diferentes y en paralelo que transcurren al mismo tiempo y sin solución de continuidad.. Por último, la cámara se detiene cuando el bolso de la muchacha aparece en imagen y baja un poco hacia el suelo dejando al fondo a Sergio inmovilizado y en primer plano el bolso abandonado. Las voces se diluyen y
FUNDIDO EN NEGRO
DÍA. Interior del cuarto de Sergio. Cuando se sale del fundido en negro se escucha la voz en off de un hombre, un médico, que ha venido a ver a Sergio. La cámara nos muestra un primerísimo primer plano de Sergio. Mantiene la boca cerrada y los ojos abiertos sin ninguna expresión.
MÉDICO (en off)
¿Podemos salir un momento?
DÍA. Cuarto de Sergio. Ana, la madre del muchacho que está a un lado de la cama donde está Sergio, pone un gesto de extrañeza y mira a su marido, Julián, quien se encuentra algo apartado al fondo de la habitación. En el lado contrario a Ana el médico aguarda la respuesta. Julián reacciona destrozando nervioso los brazos.
JULIÁN
Claro que sí. Vamos al salón.
El médico corresponde a la invitación saliendo el primero de la estancia. Ana aún no se mueve. Permanece mirando a su hijo con lástima mientras le acaricia la frente. Julián la llama.
JULIÁN
Ana, por favor...
La mujer suspira asintiendo y se dirige a la puerta. La cámara, en visión subjetiva de Sergio, muestra la puerta cerrarse al salir su madre.DÍA. Salón. Elena, de 18 años y con trazas de anoréxica, lee un libro tumbada sobre el sofá y con los pies sobre una mesita que hay frente a ella. En una silla, mirando el televisor, está Ricardo, un niño de unos 14 años. Ambos son hermanos de Sergio. Los padres y el médico llegan al salón. Cuando les ve, Elena bufa con fastidio y Ricardo baja el volumen con el mando a distancia para atender interesado lo que dicen los mayores.
MÉDICO (entrando)
...En la última semana se le han realizado todo tipo de pruebas y no ha respondido a ningún tratamiento. Físicamente no muestra ninguna anomalía, pero...
Julián al entrar hace un gesto de enfado a Elena y ésta retira los pies de la mesa dejando bruscamente el libro sobre el sofá. Luego el padre se vuelve hacia el médico con interés. Ana también le mira fijamente. El doctor continúa.
MÉDICO (ENTRANDO)
Se lo voy a decir de manera sencilla para que me entiendan: Su hijo, Sergio... Es ahora un vegetal.
DÍA. Salón. Ana se queda boquiabierta; Julián se deja caer contra la pared y baja la cabeza; Elena se limita a enarcar las cejas y mirar de reojo para otro lado como si aquello no fuera con ella. Ricardo, que mantiene los brazos apoyados sobre el respaldo de la silla donde está sentado, es el único que habla. Lo hace de manera natural.
RICARDO
¿Y eso qué quiere decir?
El médico sonríe incómodo. Al responder ve que Julián se ha derrumbado y que su única interlocutora válida es Ana.
MÉDICO
Señora. Su hijo no puede valerse por sí mismo. No puede hacer nada sin ayuda. Tendrán que alimentarlo, tendrán que vestirlo ustedes a diario. Si le hablan no responderá. Está totalmente ido. No puede, o no quiere, salir del estado profundo en que se encuentra.
Ana no contesta. El doctor insiste en la gravedad del asunto.
MÉDICO
¿Se da usted cuenta de lo que le estoy diciendo?
Ana, finalmente, frunce el ceño y pregunta con un hilo de voz:
ANA (carraspeando)
¿Hasta cuándo estará así?
El médico hace un gesto de duda.
MÉDICO
No podría asegurarlo. Pueden ser días, meses, años o salir hoy mismo de ese aislamiento.
ANA
¿Y él sabe lo que le está pasando?
MÉDICO
Tampoco puedo asegurarlo. En eso las teorías difieren. Para algunos este tipo de pacientes ni siquiera siente. Otros dicen que sí... Lo siento, cada caso es diferente, y con su hijo lo único que nos queda es esperar...
Ana contesta extrañamente calmada.
ANA
El tiempo dirá, ¿no?
MÉDICO
Sí, eso es. Entre tanto, mi consejo es que lo internen en un centro especial donde lo atenderán como es debido...
ANA (gritando)
¡De eso nada! ¡Mi hijo se quedará aquí!
Julián parece salir de su letargo y contempla asombrado a su mujer y al también perplejo doctor. Elena se levanta enfadada.
ELENA
¿Pero qué dices, mamá? ¿Quién lo va a cuidar? ¿Tú?
Ricardo hace un mohín de fastidio y se vuelve de nuevo de nuevo al televisor elevando el volumen. Elena sigue gritando a su madre.
ELENA
¡Pues conmigo no cuentes!
Julián se mete en medio de la discusión y le dice a su hija aguantando la rabia:
JULIÁN (con dientes apretados)
Harás lo que te diga tu madre.
ELENA
¿Es que ninguno os dais cuenta? ¡Vamos a pasarnos el resto de nuestras vidas atados a Sergio como si fuéramos esclavos!
ANA (amenazadora)
Aquí vamos a cuidar todos de tu hermano.
ELENA
Eso de ahí ya no es mi hermano...
SERGIO (en off)
Desde luego que estaba sintiendo, y oía perfectamente los gritos que estaban dando en el salón. Las palabras de mi hermana me demostraron que todavía era vulnerable ante el dolor, así que me hundí un poco más en mi fosa mental y entonces ocurrió...
La cámara parece introducirse en la pupila de Sergio y se hace un gran silencio. Todo pasa al
BLANCO Y NEGRO
(se escucha algo parecido al sonido de un soplo de viento, como un suspiro)
DÍA. Cuarto de Sergio. Blanco y negro. El muchacho está en la cama mirando al techo con la cabeza apoyada en las manos que mantiene cruzadas detrás d ella nuca. Las piernas también las tiene una sobre la otra cruzadas. Algo le llama la atención a su derecha y con calma mueve la cabeza hacia ese lugar donde sus ojos ya estaban indicando con antelación. Recortada contra la ventana está Clara. Muestra una palidez inusual y exagerada, aunque está igual de bella que siempre. Lleva un traje rojo (que es lo único que se ve en color dentro del blanco y negro). Sonríe.
CLARA
Hola, mi vida. Pareces cansado.
Su voz tiene extraños ecos de ultratumba. Sergio también sonríe.
SERGIO (voz normal)
No. Estoy bien.
Clara asiente en silencio, se acerca al radiocasete y lo pone en marcha. Empieza a sonar 'The dock of the bay' de Otis Redding. Clara, riendo, hace una seña a Sergio para que se una a ella. El joven se levanta, la abraza muy pegada a él y se ponen a bailar. La voz en off de Sergio sigue comentando la historia, mientras se ven imágenes superpuestas del baile desde diversos ángulos y proximidades.
SERGIO (en off)
Me gustó mucho estar de nuevo con Clara. Me daba la sensación de que no la veía desde hacía años, pero no se me ocurrió preguntarle dónde se había metido en todo ese tiempo...
DÍA. Parque. Blanco y negro. Sergio y Clara pasean junto a un lago, entre los árboles que se mecen al viento con lentitud, como si bailaran (parecen un trasfondo de dibujos animados). Sergio tiene su brazo sobre los hombros de Clara, y ella le agarra por detrás con una mano metida en el bolsillo posterior del pantalón. Charlan animadamente (voz muda) e incluso se ríen de alguna ocurrencia (risa muda). Clara viste con el mismo color rojo; Sergio, sin embargo, aparece siempre con diferente ropa. Mientras, Sergio sigue contando lo ocurrido.
SERGIO (en off)
...Desde entonces, prácticamente no volví a despegarme de ella. Nos veíamos en cualquier parte, hablábamos de nuestras cosas, paseábamos. Hacíamos la vida normal de una pareja de enamorados...
DÍA. Calle. Blanco y negro. Clara y Sergio, agarrados de la mano se aproximan a un mimo vestido de payaso. El mimo se quita el sombrero y le ofrece a Clara un globo enorme que parece de color negro y que tiene una calavera blanca dibujada. Sergio sonríe complacido y Clara muestra un gesto de decir 'menudo regalo me ha hecho'. Luego los dos se marchan después de que la muchacha deje escapar el globo que se aleja hacia lo alto.
SERGIO (en off)
...Era perfecto. Hombre, quizá demasiado perfecto, porque visto con perspectiva del tiempo tendría que haberme extrañado el hecho de nunca lleváramos dinero encima, y hacíamos lo que nos venía en gana. Eso sí. Supongo que era lo de menos; a mí me bastaba con saber que la vida transcurría de manera placentera junto a ella.
DÍA. Terraza de una cafetería. Blanco y negro. Ambos están sentados en una mesa al aire libre. Tienen sendas tazas delante: ella de té, él de café humeante (un capuchino). Clara toma la suya entre las manos y la aferra como si se quisiera calentar las manos con la taza. Sergio juguetea con la cucharilla y mirando a su café le pregunta a Clara:
SERGIO (voz normal)
Oye, hace tiempo que eres mi mujer, ¿no?
Clara no responde. Sólo ladea la cabeza en un ademán ambiguo. Sergio deja de mirar a la mesa y la contempla directamente a ella, quien se ha llevado la taza a los labios para besarla con dulzura sin soplar.
SERGIO (voz normal)
Verás. Le he dado vueltas durante mucho tiempo a un asunto. A ver qué te parece ti: ¿Te gustaría tener un hijo?
A Clara se le congela en el aire el gesto de retirar la taza tras degustar el té y sube las cejas.
CLARA (voz con ecos de ultratumba)
¿Crees que es lo más conveniente e la situación en la que estamos?
SERGIO (voz normal)
¿Qué situación?
CLARA (voz con ecos de ultratumba y con deje de impaciencia)
Pues que estamos muertos, Sergio.
SERGIO (voz normal)
¡Qué muertos ni qué! Jamás hemos estado más vivos...
DÍA. Cuarto de Sergio. Color. Mientras Sergio en off prosigue con su narración, Elena recoge unas sábanas sucias y las roja a un rincón de la habitación. Se muestra seria, pero ya no es la adolescente delgaducha del principio. Ahora se la ve más relevista y algo más madura.
SERGIO (en off)
Recuerdo que al final la convencí, o mejor habría que decir que ella no consiguió convencerme. Clara y yo intentamos con ahínco ese de tener un hijo, pero por alguna extraña razón, sin descartar tampoco que alguno de los dos fuera estéril, el niño no venía. Nuestros esfuerzos, sin embargo, no pasaron desapercibidos para Elena, a quien gracias a Dios alguien había convencido de que la moda anoréxica a lo Audrey Hepburn ya había pasado.
Justo en el momento en que la voz en off de Sergio termina de hablar se ve a Elena que va a cubrir a su hermano con una nueva sábana, pero la muchacha se queda quieta y sonríe medio divertida medio asombrada.
ELENA
¡Anda! Míralo tú...
DÍA. Salón. Color. Elena se queda dubitativa en la puerta mirando a su madre, que está escribiendo algo sobre una mesa. Finalmente, se decide a entrar y se sienta junto a Ana. Antes de hablar ojea lo que está escribiendo su madre y suelta lo que tiene que decir.
ELENA
Mamá: Sergio tiene una erección.
Ana deja de escribir y se queda expectante.
ANA
¿Qué dices?
ELENA
Pues eso... Sergio... Que se le ha levantado.
Ana, que no sabe a dónde quiere llegar su hija, responde amoscada.
ANA
Elenita, hija, no me seas cochina.
Elena responde con el mismo tono.
ELENA
A veces pareces tonta, ¿eh? ¿Sabes lo que significa? Que Sergio sí que siente, y pienso que sabe lo que le está pasando.
Ana suspira muy seria. Elena le pone la mano en el hombro y su voz se hace más suave.
ELENA
Mamá, ¿y si está sufriendo?
DÍA. Consulta del médico. Color. La voz en off de Sergio nos introduce en la escena, en la que se ve a los padres del joven escuchando las palabras del doctor.
SERGIO (en off)
Es curioso cómo una tontería como ésa pasó a ser el detonante de todos los acontecimientos posteriores. Evidentemente, yo me enteré mucho más tarde, por boca de mi padre...
MÉDICO
...Hemos llegado a una conclusión en la que coincidimos todos. El caso clínico de su hijo es muy singular...
ANA
Osea, que no tienen ni idea de lo que le pasa.
MÉDICO
Técnicamente, no. ¿Para qué engañarnos?
ANA
¿Y tampoco saben si saldrá de ésta?
MÉDICO (con ridículo aplomo)
Seguramente es irreversible por la voluntariedad de Sergio...
Ana se muestra cada vez más indignada.
ANA
Y tampoco sabrán entonces si mi hijo es consciente de lo que ocurre y que puede estar pasándolo fatal.
El doctor se queda sin habla. Julián se aproxima para tranquilizarla, pero Ana le corta en seco apartándose.
ANA (susurrando tajante)
Vámonos a casa. Tenemos que hablar.
DÍA. Coche de Julián. Color. Los padres de Sergio van de camino a casa. Después de un corto silencio en el que se les ve las caras de descompuestos a ambos, Julián pregunta:
JULIÁN
¿Estás bien?
Ana parece muy afectada y, aunque no llora, le cuesta responder.
ANA
No lo sé. ¿A ti qué te parece? ¿Crees que puedo estar bien sabiendo que Sergio va a quedarse así para siempre?
JULIÁN
Ésa era una posibilidad que ya conocíamos.
ANA
No. Durante todos estos años siempre guardé la esperanza de que Sergio pudiera recuperarse y hoy, de golpe y porrazo, me la han arrebatado.
Ana se calla y Julián respeta preocupado su silencio. Vuelve a oírse la voz en off de Sergio, mientras la cámara muestra la imagen del coche alejándose por una calle.
SERGIO (en off)
Pobre papá. Ni siquiera él podía sospechar lo que mamá estaba maquinando...
FUNDIDO EN NEGRO
Se oye en off a Clara llamando a Sergio con su voz de ecos de ultratumba. Parece como si lo llamara desde un lugar lejano.
CLARA (en off)
¡Seeeeeeeergio! ¡Seeeergio! ¿Sergio?
NOCHE. Cementerio. Blanco y Negro. Sergio aparece sentado sobre una tumba. Se le ve de perfil, no muestra miedo en su cada, aunque sí extrañeza por estar en un lugar como ése. Mira a los lados; la cámara gira a su alrededor hasta encuadrar a Sergio mirando a Clara, que avanza hacia él en medio de las tumbas. Esta vez lleva el mismo vestido, pero blanco. No sonríe. Una neblina cubre el suelo en espirales. Sergio habla en off.
SERGIO (en off)
Algo funcionaba mal. Lo presentía. Aquello más parecía un sueño que la vida en la que yo me había inmerso y que yo consideraba del todo real...
Clara llega a su altura. Se muestra preocupada y habla directamente:
CLARA (con ecos de ultratumba)
Amor mío, esto tiene que acabar. Tenemos que separarnos para que empieces a vivir de nuevo.
SERGIO (inseguro)
No te entiendo, Clara.
Clara responde con enfado:
CLARA (con ecos de ultratumba)
¡Ya basta, Sergio! Tienes que regresar con los tuyos.
SERGIO (asustado)
¿Regresar a dónde?
CLARA (con dulzura)
A la vida, cariño. A esa vida que no puedes vivir estando más conmigo.
Sergio no puede disimular más su asombro.
SERGIO
Tú eres mi vida. No quiero más.
Clara niega con la cabeza insistente y le toma la cara entre las manos.
CLARA (con eco de ultratumba en la voz)
Soy tu muerte. ¿No recuerdas, amor mío? No superaste mi accidente. No sé dónde estamos exactamente. NI siquiera sé si somos reales o qué. A veces me da la sensación de que sí. A mí me gustaría que así fuera. Pero esto no puede ser verdad. Tú tienes que volver...
SERGIO (muy alterado)
NOCHE. Cementerio. Blanco y negro. La niebla empieza a elevarse mientras que Sergio se pone de pie. Bruscamente, un coche surge de la nada y vuelve a repetir la escena del siniestro. Esta vez Sergio reacciona.
SERGIO
¡Claraaaaaaa!
Sergio da un paso adelante. Ni Clara ni el coche están ya allí. Una mano se posa en el hombro del muchacho asustándole. Es Clara que le obliga a darse la vuelta para mirarla cara a cara. Tiene los dientes apretados de rabia.
CLARA (con ecos de ultratumba en la voz)
¿Quieres ver algo que te va a hacer daño? ¿Me obligarás a ello?
Sergio se deja manejar con la docilidad de un niño. Tiene los ojos desorbitados y no responde. Clara le obliga a ponerse de rodillas ante la tumba en la que él antes estaba sentado.
CLARA (con ecos de ultratumba en la voz)
¡Mira!
Sergio deja escapar el aire con horror. En la lápida aparece el nombre de CLARA FÉNIX GARCÍA y las fechas 1978-1998. La niebla los cubre a ambos. Sergio niega con la cabeza.DÍA. Paisaje de los Monegros. Blanco y negro. Ya no hay niebla. En mitad de la desolación Clara y Sergio se miran el uno al otro. Clara sigue hablando.
CLARA (con ecos de ultratumba en la voz)
¿Me consideras tan egoísta como para retenerte a toda costa a mi lado? ¿Es que no sabes que te quiero con toda mi alma?
SERGIO
Y yo a ti.
CLARA (con ecos de ultratumba en la voz)
Pues demuéstralo y deja de vivir en la muerte.
Clara le toma de la mano y lo introduce en una especie de galería estrecha, medio iluminada. Ella se queda prácticamente en la entrada.
CLARA (con ecos de ultratumba en la voz)
Fíjate en lo que está pasando.
Sergio se da la vuelta y se asoma a una abertura al final del pasillo a través de la cual se veDÍA. Cuarto de Sergio. Color. Ana, temblorosa, tiene una jeringuilla en la mano. A su lado Elena la mira con temor, aunque convencida. Ana parece no poder seguir adelante.
ANA
¿Estás segura de que no le hará daño?
ELENA
En la película ésa era muy rápido. El enfermo ni se enteraba. La burbuja de aire llega muy pronto al cerebro...
ANA
Si tu padre se entera...
ELENA
Nadie lo sabrá, mamá.
DÍA. Galería. Blanco y negro. Sergio, con el ceño fruncido, se vuelve hacia Clara con una pregunta silenciosa.
CLARA (con ecos de ultratumba en la voz)
Date prisa, mi vida. Si te mata no volverás a verme.
SERGIO
¿Y allí, volveré a verte?
CLARA (con ecos de ultratumba en la voz)
En este plano, no lo sé. Pero si mueres, mi recuerdo morirá contigo para siempre.
Sergio duda. Vuelve a mirar a la ventana y contempla
DÍA. Cuarto de Sergio. Color. Ana se aproxima al cuerpo inerte de Sergio. Mantiene la jeringuilla en alto. Detrás Elena mira fascinada. De repente, Ana se derrumba y comienza a llorar.
ANA
Es por tu bien, mi niño... Por tu bien.
Como Ana se queda parada, Elena le arrebata sin brusquedad la jeringuilla y se dispone ella a hacer el trabajo.
DÍA. Galería. Blanco y negro. Sergio respira con dificultad. La voz en off de Clara le repite:
CLARA (en off y voz con ecos de ultratumba)
Para siempre...
DÍA. Comienza una superposición rápida de imágenes en color y en blanco y negro. En color se ve a Julián que entra en el cuarto al tiempo que Elena levanta el brazo de Sergio para inyectarle el aire. Ana sigue llorando. Julián comprende de repente lo que está pasando y grita:
JULIÁN
¡Elenaaaaaa!
Ana y Elena se vuelven con rapidez. La hermana suelta el brazo de Sergio.En blanco y negro la cara de Sergio se superpone a la suya en color (en blanco y negro está afeitado; en color se le ve algo de barba) y abre los ojos. Su brazo coge repentinamente la muñeca de Elena, quien suelta la jeringuilla.
FUNDIDO EN NEGRO
La voz en off de Sergio narra la historia.
SERGIO (en off)
El resto ya lo sabe. Mis padres se separaron. A mi madre y a Ana las detuvieron y creo que aún tienen pendiente el juicio. Yo no sé si las odio o no; supongo que hicieron lo que creían que tenían que hacer. ¡Je! El caso se hizo famoso y salió en los periódicos y en la televisión, ya sabe...
DÍA. Calle. Color. Sergio pasea, con las manos en los bolsillos y mirando a la acera. Su voz en off sigue la narración al salir del fundido.
SERGIO (en off)
...Pero yo ya no tenía ni trabajo ni familia, y me quedé con muy pocas ganas de hacer nada. Sobre Clara todavía tengo algo más que decir...
DÍA. Calle. Color. Sergio se cruza con una mujer que lleva de la mano a un niño. El sonriente chaval lleva en la mano un enorme globo negro con una calavera blanca pintada. Sergio le sigue con la mirada alucinado. Algo más adelante hay un mimo vestido de payaso con un manojo de globos en la mano. Sergio se le acerca y cuando se le pone delante el mimo le guiña un ojo y parece ofrecerle uno de los globos. Cuando Sergio hace el amago de ir a cogerlo, el mimo rompe su silencio.
MIMO
No es para ti, muchacho.
DÍA. Calle. Color. Sergio mira a su lado y ve a Clara sonriendo al tiempo que recibe el regalo con un gesto de asentimiento. Su traje es azul pálido y su cara tiene un tono rosado normal. Sergio no sabe si reír o llorar. Clara le habla sin ecos de ultratumba.
CLARA (normal)
Que te quede claro, cariño: Sólo voy a ayudarte a vivir de nuevo.
DÍA. Consulta de psiquiátrico. Color. Sergio habla con un médico psiquiatra, que es a quien le está contando la historia.
SERGIO
Claro que la he vuelto a ver. Muchas veces, pero eso no quiere decir que yo esté mal de la cabeza ni que me tengan que internar en un manicomio... ¡Oh! Perdón, un centro psiquiátrico, ¿verdad?
El psiquiatra está tomando notas al otro lado de la mesa. Levanta un momento la cabeza y sonríe ante la rectificación de Sergio.
PSIQUIATRA
Nadie piensa en internarle. Pero tiene que comprender que lo suyo no es muy habitual y que sería bueno hacerle algunas pruebas. Su padre es de la misma opinión.
Pero Sergio parece que ya no le escucha. Detrás de él aparece Clara, quien le pone las manos sobre los hombros y le susurra al oído:
CLARA (normal)
Muy bien, mi amor. Me siento orgullosa.
Sergio mueve una de las manos y la posa sobre la de Clara y, mirando a la cara de la muchacha, afirma:
SERGIO
Ya lo sé, preciosa...
La cámara nos muestra al psiquiatra, quien en espera de la respuesta de Sergio miraba a un lado resignado, volviendo con rapidez la mirada hacia su paciente. La visión subjetiva del médico nos muestra a Sergio hablando solo, con el mismo gesto descrito arriba sólo que sin cerrar mano alguna de nadie, y repitiendo:
SERGIO
...Ya lo sé.
El psiquiatra suspira negando con la cabeza y vuelve a tomar notas resignado.
FUNDIDO EN NEGRO
FIN.
Para este escrito tan raro, me parece bien añadir algunos temas igual de extraños. Es el ejemplo de The Zombie Valentines y su 'Segunda piel'.
También están los F.A.N.T.A. y su 'Yo quiero ser un zombie'.
El fabuloso 'Batman' de Los Monjes.
El 'Hey Monstruo' de Los Monstruos.
Los Shains y 'El Monstruo'.
Los Vegetales y 'Voy a cavar mi tumba'.
Los Nikis y 'La naranja no es mecánica'.
Wau y Los Arrrghs!!! y su 'Hey , monstruo, hey'
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